martes, 14 de diciembre de 2010

cOrAzóN aL SoL

Pensaba en la sobrexposicion. Pensaba en que bueno es acostarse bajo el sol. En ese momento relajante. En verse con un color saludable despues. Pensaba en esas veces que te expones demasiado. Esas en la que perdés la nocion del timpo o te dormís. En el ardor, en la piel roja. En las noches en las que no sabés como acostarte para que duela menos. En que no falta el que te dice: ponete una rodjas de tomate y se te pasa. Pensaba en que siempre tenés la opcion de ir al medico, que seguramente te va a reprochar un poco el haberte zarpado con tu idea, te da un para de consejos, una crema o unguento y te manda a casa. Pensaba en que en ésos días ni se ocurriría volver a tomar sol.
Pensaba en como a veces aprendemos rapido. Eso de error y lección. Pensaba en la diferencia entre nuestra piel y nuestro corazón. En como volvemos a exponernos sin portección alguna. Puede que se deba a que esta ahi, escondido dentro nuestro. Le cuesta mas darnos señales. No cambia de color, ni arde cuando lo sobrexponemos. Pensaba en que no hay cremas ni otro medicamentos que lo alivie. En que tal vez por esos mismos motivos, no le damos tiempo a curarse. Nos exponemos sin necesidad aparente. Puede que eso nos sirva de prueba para saber si va a doler esta vez o no. Uno a veces es un pseudomasoquista o simplemente un eterno esperanzado que piensa que el proximo intento va a ser algo distinto. Pensaba en algun balsamo para el corazon, pensaba en los corazones con exceso de sol, en los corazones adoloridos, en los corazones quemados. Pensaba en que bueno sería cuidarlo un poco mas ponerle el protector solar con el nombre que a uno le haga bien. Tener una crema refrescante por si nos volvió a pasar la mano.
Pensaba en que asociacion tan vanal la mia. Ésto de poner casi al mismo nivel a un simple bronceado con los sentimientos.
Y es que veces pienso demasiado y a veces (muchas veces por fortuna) no pienso tanto...