martes, 17 de noviembre de 2009

AbRiR PaRa CeRRaR

La primera imagen de todas la imagenes en su memoria. Ese recuerdo que, aunque buscara, no tenía alguno previo. Ese que estuvo guardado. No era un buen recuerdo, sino todo lo contrario. Y volvió a su mente despues de mucho tiempo. Se sorprendió de no haberlo visto antes. Será que estaba muy guardado por algún lugar. Es que desde niño se habia hecho de la costumbre de guardar las cosas dolorosas, en cofrecitos imaginarios. Y los colocó juntos, en algun lugar. Y los veía apilados, todos de diferentes tamaños y formas. Había olvidado el contendido de algunos y le tenía mucho temor al de otros. Con el tiempo ya no fue capaz de abrirlos, el tiempo los había oxidado y sellado. No hablaba de eso. No los mostraba a nadie porque no sabía como eran ahora y no quería correr riesgos. Pero hubo un dia, en el se encontró rodeado de aquel montón de cofres o, mas bien, él mismo estaba dentro de uno. Y decidió dejar los miedo a un lado. Empezó a abrir uno por vez, y con tiempo. Sintió miedo otra vez y una gran tristeza muchas veces. Pero ahora ya no era ese niño que se escondía. Ahora podía empezar a resolver el destino que quería darle a cada contenido. Así lo hizo. Y se despojó de la necesidad de guardar todo lo malo.
Aunque probablemente es cierto que sus recuerdos hayan empezado "con el pie izquierdo", supo que habian muchos mas. De los buenos. De los que no tenia deseos de guardar en cofrecitos. Porque así, sueltos, le sirven de una especie de bálsamo para seguir.

jueves, 12 de noviembre de 2009

eL EspEjO pRoPiO

Nos creamos un espejo en el cual (pensamos nosotros) vemos nuestra imagen. Un espejo abstracto. Por períodos cargado de distorsión. Distorsionado por deseos de como quisieramos vernos reflejados. Distorsionado por la idea de como nos dijeron que deberíamos ser. Unas cuantas veces, corporizamos nuestro espejo, se convierten en personas y perdemos el sentido de lo que somos en realidad. Porque lo que importa es lo que ese espejo nos cuenta de nosotros. Pero puede pasar que, de un momento a otro, el espejo se rompa o se nuble. Y nos desespere la idea de no poder visualizarnos. De no encontrarnos. Y ya no sepamos como eramos antes. No recordemos como era no mirarse a traves del otro. Ni como ser desde ese punto en adelante. Y tal vez ese sea el momento de independizarse de la imagen exterior. De trabajar en como nos gustaria ser sin preocuparnos por como nos ven. De no buscar espejos que mal reflejen. De pensar que queremos mostrar. O que queremos demostrarnos a nosotros. Por y para nosotros simplemente. De buscarnos desde de adentro para, tal vez, encontrarnos con un "yo mismo" que nos guste mas.