martes, 1 de febrero de 2011

365 DíAs MaS TaRdE...

Un año que terminó. Un año por comenzar. Y todo lo que quedó... y todo lo que ya no está...

En el transcurso de este año, aprendí el valor de la palabra otorgada.
Aprendí a sincerarme conmigo para, en consecuencia, ser sincero con lo otros.
Aprendí a vivir sin el peso de la mentira y la tranquilidad en el alma.
Aprendí que el destino nos enfrenta a momentos terribles no para castigarnos, sino para aprender a reconocer y valorar las bendiciones de la vida, lo buenos momentos, la buena gente que nos rodea.
Aprendí a escuchar, a escucharme. A apreciar sabias palabras. A disculpar las palabras hirientes.
Aprendí que no existen distancias para los lazos forjados con dedicacion porque los sentimientos son resistentes a los kilometros y al tiempo.
Aprendí a dedicarle muchas horas a la meditacion, al silencio, a estar mas conmigo.
Aprendí a decir "no", porque entendí que muchas veces, simplemente no se puede ir en contra de uno mismo.
Aprendí a perdonar pero al mismo tiempo, a cerrar puertas definitvamente.
Aprendí sobre el respeto hacia los demas. Y sobre el respeto que merezco.
Aprendí que de nada sirve estar repleto de valores y conocimiento si no estoy dispuesto a compartirlos.
Aprendí que el verdadero amor no tiene porque tener zonas oscuras. Que la tranquilidad no es lo mismo que la monotonía. Que existe la incondicionalidad con el otro.
Aprendí a ser mas afectuoso y a sentirme cómodo con el afecto recibido.
Aprendí a ser agradecido con las personas con mi vida. A agradecer con el corazon y en voz alta.
Aprendí a expresar respetuosamente mi verdad. A que los silencios no siempre pueden ser deducidos por los demás. Que hacernos entender es responsabilidad de cada uno.
Aprendí a aprender de los demás, a compartir con otros mi aprendizaje.

Porque siempre se trata de seguir aprendiendo para que lo aprendido sirva de alimento para el alma, para el cuerpo, para la mente. Porque de cada cosa incorporada a nuestra vida puedo sacar provecho para mi crecimiento personal. Porque no puedo permitirme mantenerme cerca de lo que me resulte limitante para avanzar. Porque me lo debo y se lo debo a aquellos que en parte dependen de mi felicidad.
Todo lo que pasó, todo lo que quedó, todo lo que vendrá. Lo bueno, lo malo... Todo lo que yo busque como hacedor de mi destino. Todo eso me hicieron ser lo que hoy soy. Y en este año que comienza puedo decir que me caigo mejor que nunca.