jueves, 29 de abril de 2010

VeRdAd FiLoSa

Hasta donde decir... Cuando se cruza la línea de la confianza con aquel al que le importas mucho? Cuando se vuelve un exceso? En el afán de crear un lazo de intimidad con el otro, a veces, hablamos de mas. Puede que el que nos escucha no necesite saber todo los que se nos pasa por la mente. Puede que su corazon no lo necesite. El exceso de confianza siempre tiene consecuencias.
Hay lugares, momentos y personas para cada comentario. Seguramente no hablaríamos lo que con un amigo, con nuestro jefe de oficina. Ni nos manejaríamos con los mismos términos.
Personalmente, aprendí que se trata de ubicación. Encontré los momentos, lugares y personas adecuados (o trato de hacerlo) para resguardar personas, para resguardarme a mí mismo. Para no arrepentirme del daño causado. Asi como contralamos nuestro cuerpo, podemos controlar lo que decimos. Sería ilógico entrar a un lugar publico a los gritos y saltando. Casi tan ilógico como lanzar realidades de las que el ser querido puede prescindir. A veces uno preferiría ser ignorante de ciertas cosas.
Claro que todo ésto lo aprendí despues de lastimar y ser lastimado por palabras dañinas e innecesarias. Pero mas que nada, lo aprendí, despues de hablarlo mucho y reflexionar sobre éso. A veces pienso que bueno hubiera sido haberlo sabido antes. Tener las herramientas para hacerlo. Haber delimitado hasta donde llegaba lo dicho. No permitir de mas. No permitirme de mas. Cuidar que el pensamiento no sea un extension directa a las palabras. Saber que hay un espacio entre ellas que se llama sentido común. Haber sido mas coherente, mas consecuente.
Sé que lamentarse por el pasado nos deja un poco en él. Me reconforta saber al menos que yo aprendí. Me reconforta pensar que algún día van a aprenderlo aquellos que no me hicieron bien. Que encontraron su ámbito para exprezar todo lo aquello se le cruza por la cabeza. Que cuidan y se cuidan de causar daños dificiles de reparar. Será mas facil cuidar que algo no se quiebre que , despues de roto, buscar cada pieza para volver a unirlo.

lunes, 26 de abril de 2010

De PaTaS CoRtAs

No se si "las mentiras tienen patas cortas" como decía mi abuela y tantos otros. No se si tienen patas siquiera. Sólo puedo decir que por experiencia propia, convivir con ella me pone en un lugar de incomodidad, de inseguridad permanente. Las mentiras me duran poco adentro. Muchas veces, minutos. Eso me hizo pensar que tal vez no soy bueno para eso. Será que siento que quebranto la confianza de ese otro que cree en mi. Será que tantas veces me decepcionaron las mentiras ajenas. Las mentiras de aquel en el que confias, del aquel en el crees casi ciegamente, son las mas dolorosas. El presentirlas. El tener dudas de si están ahi. El sentir que no son necesarias conmigo. Que prefiero una realidad dura que un invento irreal. Y todavía hoy no perdoné unas cuantas.
No puedo decir "jamas mentiría". Estaría mintiendo. Ni quiero caer en la categorizacon de la mentiras. En eso de las "mentiras blancas" o las "mentiras piadosas". Soy de los les cuesta justificarlas, aunque suene a terco.
Todos ocultamos. Nos guardamos cosas muy personales. Y no está mal. Uno no tiene que ser siempre totalmente transparente. Quedar expuesto es una decision personal. Pero hay que ser consciente de que si lo que ocultás va a lastimar a aquel que querés, todo lo que rodea ese ocultamiento tiene que estar perfectamente construido como para que nunca filtre. Claro que, tambien en esos casos el camino mas sano es no ocultarle al otro cosas que tiene que ver con su propia realidad. No dejarlo fuera de la verdad. No boludear al otro.
Como ya dije, lo mio es mas una incapacidad. No me sale mentir y mantener la mentira. Hoy es mas una decision personal. Puede que haya hecho una asociacion libre de la verdad con la valentía. Decir verdades me hace sentir que no tengo miedo de las consecuencias, que soy maduro para hacerlo, que acepto lo que estñe por venir. Que si me equivoqué, tengo que reconocerlo.
Puede que hace un tiempo los mentirosos me irritaran. Ya no. Hoy los compadezco. Ellos mismos debe estar irritados por no poder ser sinceros. Y eso no está bueno. Yo lo sé.
Ojalá uno pudiera ser mas sincero por desicion propia y no por quedarse sin otra opción. Soy de los que creen que la verdad alivia y libera, aunque en principio pueda parecer lo contrario. Porque tal vez las mentiras sí tienen patas cortas que no le permiten andar al mismo ritmo de uno mismo y se vuelven una carga. Quien sabe.

jueves, 22 de abril de 2010

"No VaMoS a LLoRaR"

"Para Vestir Santos" narra la historia de tres hermanas: Malena (Celeste Cid), Susana (Gabriela Toscano) y Virginia (Griselda Siciliani) que, luego de la muerte una madre muy corrosiva (Betiana Blum), se encuentran mas solas que nunca. La soledad que causa la falta de amor, de compromisos, de estabilidad. Que se contrapone a la vida de su media hermana (Gloria Carrá), la que parece tener todo lo que ellas anhelaron. De ahora en mas se tienen las unas a las otras para enfrentarse a lo que parece ser una racha de muy mala suerte sin mostrar debilidad para el afuera. Es Virginia la que nos cuenta de que va la cosa , que dictamina a su hermana Susi "No vamos a llorar". Aunque la vida parezca superarlas. Y si lo hacen, ellas tres serán sus únicas testigos.
Hace bastante que no miraba un capítulo entero de algún programa. El gancho fué saber que fue escrita por Javier Daulte. Está bien contada, con un ritmo llevadero y toques tragicómicos como las mismas obras de teatro que el autor dirije. Para pasar un buen rato viendo un buen producto entre tanta tv descartable.

martes, 20 de abril de 2010

De sEnSaCiOnEs

Dicen que enamorarse es una sensación en la que se sienten cosquillas en el estómago. Que cuando alguien está enamorado, siente mariposas revolotenado en el cuerpo.
Dicen que cuando se está enamorado, todo se toma con mas optimismo y alegría. Y se transita por la vida como en una burbuja en la que nada malo puede entrar.

Tengo que decir que sí entonces. Confirmé mis síntomas.

FuErZa bRuTa

Una puesta que en si misma es una explosion visual. Sin comienzo ni final. Sin argumento aparente. Sin diálogo. Sólo los espectadores en un espacio común sin sillas y la accion transcurriendo entre ellos continuamente. Un exprerienca que hace utilizar todos los sentidos. Sintiendo el rocío que moja la cara, escuchando el estruendo de tambores, tocando las manos de personas desconocidas a traves de una superfice transaparente sobre tu cabeza. Dificil de explicar. Facil dejarse llevar y pasar esa hora como una parte mas del elenco. Bailando, saltando, gritando al compás de la musica.

lunes, 19 de abril de 2010

cUeLgUe

Suena el despertador. Marca las 7 A.M. Lo apago y me quedo sentado en la cama como para no volver a dormirme. Pienso: no tengo ganas de ir!!! Es que volver al laburo un viernes despues de 25 días de relajadas vacaciones no es nada fácil. Después de la ducha despabilante, del retoque de plancha a la camisa, la pasadita de lustre a los zapatos; salgo rumbo al subte. Ya bajando por las escaleras veo el cartelito de "Con Demora". Puteo mentalmente y pongo la billetera en el lector del molinete. Me aparece un ¡Sin Saldo! en rojo furioso. A hacer la larga cola para recargar la tarjeta. Larga espera, tambien, hasta la llegada de un subte con un bloque de gente adentro. Me acomodo cual contorsionista en un rincón entre tres personas. Tengo la frente de una señora en el pecho, el brazo de un señor mayor cruzandome la cara, la respiración de otro en la oreja, y así... Puteo mentalmente nuevamente y aguanto el calor. Bajo en la estación de siempre, miro el reloj: bastante tarde ya. Entro al edificio y subo por el ascensor que siempre para en algun piso que no tiene que parar antes que en el mío. Saludo a mi jefa con un beso, que es la única que llegó temprano. Me mira con cara rara y me dice:
-"Que haces acá?"
-Vengo a trabajar, que te parece... (Muy superado)
-Pero te queda una semana de vacaciones. El ooootro viernes tenés que volver...
-No... yo tenía que volv... Noooo... Uh no...
-Sos un boludo jajaja
Y lo soy. En ese momento, el mas grande de todos. O tal vez soy colgado en exceso. O ambas.
Lo mas lamentable, es que ese tipo de cosas no me pasan esporádicamente. Es un hecho que soy muy colgado para mis cosas. Ya diría que estoy acostumbrado y la gente que me conoce tambien.
Salgo del edificio lo mas rapido que pude para evitar gastadas. Y emprendo el regreso a casa. Al menos me conformo pensando en que me queda una semana entera de vacaciones y aquel dicho: "Al que madruga Dios lo ayuda ( Aunque madruge por error)"