Pensaba en que asociacion tan vanal la mia. Ésto de poner casi al mismo nivel a un simple bronceado con los sentimientos.
Y es que veces pienso demasiado y a veces (muchas veces por fortuna) no pienso tanto...
-No, gracias, papá, a los sánguches los prefiero con mostaza.
-¿Pero alguna vez la probaste a la mayonesa, nene? -le pregunta el Zacarías.
-Probé las dos cosas, y me gusta más la mostaza, papá.
-Pero habiendo tan buena mayonesa en Argentina -insiste mi marido-, no me entra en la cabeza que te guste la mostaza.
-Estuve cinco años comiendo sánguches con mayonesa solamente para aparentar -se sincera el Nacho-, pero ya me cansé.
Zacarías no da el brazo a torcer:
-Capaz que nunca encontraste una buena mayonesa que te moviera la estantería.
-No es una cuestión de calidad, papá -niega el Nacho-, con la mayonesa no siento nada, en cambio con mostaza soy yo mismo, y quiero sentirme orgulloso de comer mostaza.
-Yo tendría que haberte llevado de mayonesas cuando tenías doce o trece años -se lamenta el Zacarías-, como se hacía antes.
Don Américo asiente en silencio. El Nacho le pone una mano en el hombro al padre:
-No es eso, no te culpes de nada.
Zacarías pone una mano sobre la mano del Nacho y a mí casi se me caen las lágrimas. Los dos se quedan mirándose un segundo en silencio, como si recién ahora se vieran por primera vez. Don Américo, que había seguido la conversación muy serio, rompe la magia:
-Bambino, ¿e no probaste nunca mansharte lo sanguchite con salsa golf?
-¡No sea pervertido, papá! -se asquea el Zacarías- ¿No ve que hay criaturas en la mesa?"