miércoles, 24 de febrero de 2010

En PaZ

Ojalá a en algún momento de nuestras vidas podamos encontrarnos en comunion con ella. Sabiendo que no le exijimos mas de lo que podía darnos. Pero con la conviccion de haber hecho lo posible por conseguir lo que anhelabamos.

Yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
Vida, nada me debes
Vida, estamos en paz...

Amado Nervo


No hay comentarios: