lunes, 26 de abril de 2010

De PaTaS CoRtAs

No se si "las mentiras tienen patas cortas" como decía mi abuela y tantos otros. No se si tienen patas siquiera. Sólo puedo decir que por experiencia propia, convivir con ella me pone en un lugar de incomodidad, de inseguridad permanente. Las mentiras me duran poco adentro. Muchas veces, minutos. Eso me hizo pensar que tal vez no soy bueno para eso. Será que siento que quebranto la confianza de ese otro que cree en mi. Será que tantas veces me decepcionaron las mentiras ajenas. Las mentiras de aquel en el que confias, del aquel en el crees casi ciegamente, son las mas dolorosas. El presentirlas. El tener dudas de si están ahi. El sentir que no son necesarias conmigo. Que prefiero una realidad dura que un invento irreal. Y todavía hoy no perdoné unas cuantas.
No puedo decir "jamas mentiría". Estaría mintiendo. Ni quiero caer en la categorizacon de la mentiras. En eso de las "mentiras blancas" o las "mentiras piadosas". Soy de los les cuesta justificarlas, aunque suene a terco.
Todos ocultamos. Nos guardamos cosas muy personales. Y no está mal. Uno no tiene que ser siempre totalmente transparente. Quedar expuesto es una decision personal. Pero hay que ser consciente de que si lo que ocultás va a lastimar a aquel que querés, todo lo que rodea ese ocultamiento tiene que estar perfectamente construido como para que nunca filtre. Claro que, tambien en esos casos el camino mas sano es no ocultarle al otro cosas que tiene que ver con su propia realidad. No dejarlo fuera de la verdad. No boludear al otro.
Como ya dije, lo mio es mas una incapacidad. No me sale mentir y mantener la mentira. Hoy es mas una decision personal. Puede que haya hecho una asociacion libre de la verdad con la valentía. Decir verdades me hace sentir que no tengo miedo de las consecuencias, que soy maduro para hacerlo, que acepto lo que estñe por venir. Que si me equivoqué, tengo que reconocerlo.
Puede que hace un tiempo los mentirosos me irritaran. Ya no. Hoy los compadezco. Ellos mismos debe estar irritados por no poder ser sinceros. Y eso no está bueno. Yo lo sé.
Ojalá uno pudiera ser mas sincero por desicion propia y no por quedarse sin otra opción. Soy de los que creen que la verdad alivia y libera, aunque en principio pueda parecer lo contrario. Porque tal vez las mentiras sí tienen patas cortas que no le permiten andar al mismo ritmo de uno mismo y se vuelven una carga. Quien sabe.

1 comentario:

Naio dijo...

Yo creo que ocultarle a otro parte de su realidad no es solo ocultar, es un engaño .. tan engaño como mentirle concientemente.
De todas formas, la honestidad excesiva es algo que puede traer malas consecuencias también.
Porque siempre queremos saber la verdad de todo, aunque sabemos que nos va a doler? Hay cosas que preferimos nunca saber la verdad, o que nos digan una mentira, para vivir más felices pensando que las cosas son de cierta forma? Y si nos dijeran la verdad de esto, seríamos a la larga más felices?
Se me ocurre un próximo post sobre la excesiva honestidad...