Y no importó el tiempo que esperamos que todo el cuidado y cariño pusimos para que aquel arbol creciera. Y no importó cuantó se esforzó ese olmo para que de sus ramas brotaran frutos. Porque fué inútil. Porque no estaba en su naturaleza. Hay arboles que no tienen nada que ofrecer cuando uno necesita algun sustento. Pero no es motivo para reproches ni culpas. Tal vez sea señal de que hay que plantar perales la proxima vez y aprendamos a no tener tantas expectativas. Porque los arboles cumplen funcinones naturales pero no tienen obligación de sernos funcionales.
2 comentarios:
Excelente paralelismo ...
Pero aunque no te de peras, tenés un árbol para recordar
Saludos
Tal vez ,, el momento es, ese preciso momento en el que fue.
Y no fue él quien nos brindo ,, lo hicimos nosotros brindándole
A él,, .
La belleza es que podemos plantar un árbol y ayudarlo a crecer.
un abrazo
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