jueves, 30 de julio de 2009

iNtRoVeRtiDaMeNtE Yo

Cuando era chico mi viejo me decia solemnemente: "Adrian, cuando saludes a alguien miralo a la cara y el apretón de mano tiene que ser firme". Facil decirlo pero bastante complicado de hacer cuando uno es extremadamente tímido. Es que el tener que hablar con gente me hacía arder las orejas y los cachetes. Si, esa era la sensación. En mi casa decían que cuando tenía como 3 años, subía al escenario cuando mi viejo cantaba y me ponía a bailar vestido de gaucho. Si fue así, debe haber sido mi ultima exposicion pública en años.
Siempre fuí muy callado, de hecho lo sigo siendo. Me costaba entablar conversación. Ni hablar de cuando empecé a salir a las matinees y fiestas en las que se supone que uno tiene deshinibirse. Para sacar a bailar a una chica ( en ésa epoca todavía le preguntabas si quería bailar con vos), daba mil vueltas, carraspeaba, probaba la voz y el tono. A veces, despues de todo ese ritual ni siquiera iba a hablarle.
Nunca supe que era chamuyar. En realidad todos saben que es, pero yo no sabía hacerlo. No me imaginaba que tenía que decir, que palabras usar. Si, en cambio me imaginaba rebotando de mil formas distintas. Leí en un libro que el tímido imagina que va a hacer el ridículo antes de que eso pase. Y era eso, "mas vale callado que papelonero"pensaba. Hasta hoy no se lo que es encarar y no me da verguenza reconocerlo. Uno tiene sus limitaciones. Me divertía viendo como mis amigos iban al frente como locos en nuestras salidas. Por la situación y por la imaginación que tenían para hacerlo. Encaradores natos como quien dice.
Pasa el tiempo y la timidez está. No se fue ni laburando en lugares en lo que tenía que hablar todo el tiempo con personas desconocidas, ni con las clases de teatro, ni con ningún otro método. Si menguó bastante. Y aunque sigo tomando envión para iniciar alguna charla, no soy tan espectador como antes. S No miro tanto al piso cuando hay mucha gente, ni me acomodo en algun rincón, ni me arden las orejas y los cachetes. Ya no lo padezco ni me preocupa en extremo. Al menos ahora dejo claro que es éso, timidez simplemente, y no desgano o mala predisposición. Es que una vez que pasé esa etapa "incomoda" soy tremendamente hablador, bromista, ridículo, entre otras cosas. Despues de un tiempo, claro. Capaz que algo de todo eso tiene que quedar, capaz es una pieza mas de mi personalidad. Hoy miro a la cara y doy apretones firmes cuando saludo, que no es poco.

2 comentarios:

Cloe dijo...

Realmente me parece algo bueno ser un poco tímido, si eso no te impide relacionarte. Las personas demasiado extrovertidas me atemorizan.

Abrazo

diario dijo...

Los apretones de manos dicen mucho la primera vez que conoces a alguien...más si sos una persona que observa como se comporta el resto (y te gusta hacerlo).
Yo no soy chusma, ojo, no lo comento... a veces me siento en la plaza a ver la gente pasar, encontrarse e ignorarse... Quizás yo soy un tímido diferente. Pero el teatro me soltó, y ahora soy un charlador (casi) nato. No puedo parar de bromear cuando entro en confianza... =)

Entonces Adrián, te mando una sonrisa y un abrazo... vamos... que mejor ser tímido que hablador, entrador y chamuyero... (adiviná lo mucho que me costaba ir a encarar) Cuidate. Nos leemos.